El 10
de agosto de 1945, después de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, cayó
sobe Tokio una lluvia de monedas. Eran yenes, la moneda oficial japonesa, y
en el reverso figuraba un mensaje: si Japón no se rendía la tercera bomba
atómica caería sobre ellos. Nos lo cuenta Jesús Hernández en HISTORIAS
ASOMBROSAS DE LA SEGUNDA GUERRA
MUNDIAL.
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